El Sindicado de Trabajadores Públicos CSIF ha denunciado que los trabajadores de la Administración General del Estado (AGE) cobran de media 8.000 euros menos al año que los trabajadores de otras administraciones autonómicas y locales por realizar el mismo trabajo. El presidente de CSIF, Miguel Borra, ha señalado que estas diferencias suponen que «cada día» a los empleados públicos del SEPE, de la Seguridad Social o de los ministerios se les descuenta «20 euros en relación a comunidades y ayuntamientos».
CSIF ha presentado un estudio donde se evidencias estas diferencias salariales. Los trabajadores de la AGE suponen cerca del 6% de los casi 3 millones de empleados públicos de la administración, es decir, 179.413. Según el estudio, en total, suplir las diferencias salariales de los trabajadores públicos de la AGE frente a trabajadores de CC.AA. y ayuntamientos supondría 1.487 millones de euros.
Desde el sindicato han propuesto iniciar una recuperación para equiparar los salarios en tres años divididos de la siguiente manera: para 2025, 744 millones (50% del total), en el 2026, 446 millones (30%), y en el 2027, 298 millones (20%). «No es que pretendamos en la Administración General del Estado ganar 1.487 millones de euros más, lo que pedimos es dejar de perder cada año los 1.487 millones de euros de diferencia salarial», destaca CSIF.
A su vez, recalcan que el personal de la AGE ha sido «muy maltratado» por los sucesivos recortes que se han ido dando desde 2010 y que se han traducido en una pérdida de poder adquisitivo del 15,9% de estos trabajadores. «Es un coste total y absolutamente asumible para el Gobierno», ha indicado Miguel Borra en relación a la equiparación salarial del personal de la AGE. También ha recordado que en solo dos meses caducará el «pésimo» acuerdo salarial que firmó el Gobierno con CCOO y UGT, que ha supuesto una pérdida de poder adquisitivo del 5% en estos dos últimos años y de un 20% desde el recorte salarial del 2010.
Por ello, ha instado al Gobierno a negociar para que los trabajadores públicos no pierdan poder adquisitivo. «Nos hemos cansado de que su única respuesta sea el silencio», ha subrayado.