El cierre de negocios históricos en el centro de Cartagena ha sido una constante durante las últimas décadas. La ciudad ha ido perdiendo, de manera progresiva, algunos de sus mayores referentes comerciales como la librería Escarabajal, en la calle Mayor, que cerró sus puertas en 2013 tras 126 años de historia.
Otro de los ejemplos más relevantes es el de la Confitería Sánchez, abierta desde 1941 y cerrada de manera definitiva en mayo de 2023. Así, desde que Fulgencio Sánchez y María José Sanes bajasen la persiana, esta histórica confitería de Cartagena ubicada en la céntrica calle Medieras, famosa, entre otras cosas por sus pasteles de cierva y sus ‘exploradores’, uno de los platos más reconocidos de la gastronomía cartagenera, busca nuevo inquilino.
Entre las calles Mayor y Aire, el edificio de uso mixto, de 284 metros cuadrados y reformado por completo en 2004, se encuentra a la venta a un precio de 290.000 euros a través de la inmobiliaria Grupo Avilés y la información se puede encontrar en el portal idealista.
El anuncio detalla que el inmueble se puede destinar como edificio residencial, de oficinas u hotelero. Cuenta con un ascensor y tres plantas de unos 90 metros cuadrados cada una.

Se trata, en definitiva, de uno de los muchos bajos comerciales que se encuentran a la venta o en alquiler en Cartagena, algunos de ellos de reciente implantación, como Mojigata & Bico de Xeado, en la calle Puerta de Murcia, que hace escasas semanas colgó el cartel de ‘se traspasa’, o el caso de la cadena de hamburguesas The Fitzgerald, entre las calles Comedias y San Agustín, que el pasado verano echó el cierre, poco más de un año después de su apertura, en un local que parece ‘maldito’ y que anteriormente estuvo ocupado por la cadena de restaurantes italianos Ginos.
Algunas calles del casco histórico, como la de San Fernando, cuentan, pese a los esfuerzos de Ayuntamiento y comerciantes de la zona, con casi tantos carteles de ‘se vende’ como locales abiertos.

