El Ayuntamiento de Cartagena destinará 1,4 millones de euros a la adecuación provisional del Monte Sacro, que incluirá dos aparcamientos, una pista polideportiva para uso infantil, un parque canino y una zona con arbolado y mobiliario urbano.
El proyecto, aprobado por el Consejo de Administración de la sociedad municipal Casco Antiguo, actuará sobre 14.000 metros cuadrados del casco histórico para ordenar accesos, mejorar la movilidad y ofrecer nuevos espacios de uso ciudadano mientras se prepara el desarrollo definitivo del cerro
Al respecto, la alcaldesa, Noelia Arroyo, explicó que la actuación “pretende dar utilidad inmediata a una zona que necesitará grandes inversiones en el futuro, pero que ya puede servir a los cartageneros como espacio de encuentro y convivencia”. Las obras, con un plazo de ejecución de seis meses, se licitarán en los próximos días y se desarrollarán con mínima intervención sobre el terreno y bajo supervisión arqueológica permanente.
El proyecto incluye dos explanadas de aparcamiento, completamente valladas, con capacidad para unas 220 plazas, situadas junto a las calles San Cristóbal Larga, Martín Delgado y Monroy. El objetivo es reducir la presión de estacionamiento en el centro histórico mediante un sistema pavimentado e iluminado, con carácter temporal y reversible.
También se acondicionarán los viales existentes —Lizana, Villalba Larga, San Cristóbal Larga, del Pozo— y se abrirá una nueva conexión con Muralla de Tierra. Todos los caminos serán de plataforma única accesible y contarán con 54 puntos de luz LED, canalizaciones soterradas y eliminación del tendido aéreo.
En la vertiente urbana, se creará un parque de barrio entre Villalba Larga y el nuevo vial, con arbolado autóctono, mobiliario y áreas de esparcimiento. El diseño incorpora un parque canino vallado de 613 metros cuadrados y una pista polideportiva de 395 metros cuadrados.
La alcaldesa ha adelantado que el coste del aparcamiento será de 1 euro diario y que esta recaudación se destinará a fines solidarios.
Arroyo subrayó que se trata de “una fase transitoria, prudente y respetuosa con el valor arqueológico del monte”, recordando que “se han realizado cerca de 40 sondeos para conocer la realidad del subsuelo y garantizar que las obras no afecten a posibles restos”. El proyecto cuenta con informe favorable de la Dirección General de Patrimonio Cultural y ha sido diseñado con pavimentos temporales, escasa remoción de terreno y materiales de bajo impacto ambiental.