Digitalización, descarbonización y escasez de personal técnico cualificado son los principales retos que enfrenta la industria española, según el estudio El sector industrial en España, elaborado por Finanzauto en colaboración con la firma de demoscopia GAD3.
El informe recoge las opiniones de directivos, técnicos del sector y ciudadanos, y advierte de la necesidad urgente de implementar una estrategia industrial integral si se quiere avanzar en autonomía estratégica y competitividad.
La industria aporta actualmente el 16 % del PIB y el 70 % de las exportaciones del país. También concentra el 45 % del I+D privado, aunque su peso ha caído en las últimas décadas: en 1995 suponía el 21,4 % del VAB, frente al 16,1 % en 2023. En comparación, la media europea se sitúa en torno al 20,5 %, liderada por Irlanda (37,2 %).
Uno de los principales obstáculos señalados por los expertos es la falta de personal cualificado. A pesar de que la industria emplea a 2,9 millones de personas con un 90 % de contratos indefinidos y salarios un 18 % superiores a la media nacional, más de 100.000 vacantes permanecen sin cubrir por falta de perfiles técnicos.
Solo el 12,7 % del alumnado español cursa Formación Profesional industrial, frente al 27 % en Alemania o el 21 % en Austria. Además, únicamente el 3,3 % de las empresas industriales participa en FP dual, dificultando la conexión entre formación y empleo.
En cuanto a los factores estructurales, los profesionales técnicos insisten en la necesidad de una política energética planificada, mientras que los directivos reclaman una reducción de burocracia y fiscalidad, junto a un mayor impulso a la I+D. Por su parte, el 28 % de la ciudadanía consultada prioriza también la inversión en innovación como eje para relanzar el sector.
Pese a que el 80 % de los encuestados cree que el sector se expandirá, los expertos consultados muestran cautela. Apuntan que sin cambios estructurales y sin aplicar una estrategia ligada a la Agenda 2030 y la sostenibilidad como ventaja competitiva, el sector corre el riesgo de quedar estancado en un escenario continuista.
El estudio resalta que las alianzas entre industria, universidades y centros de I+D serán determinantes para construir una política industrial eficaz y capaz de atraer nuevas inversiones y talento.
