La producción de tomate en España enfrenta varios desafíos cuando los productores están preprando su campaña 2024-2025. La competencia internacional, especialmente de países como Marruecos y Turquía, ha aumentado en los últimos años. Además, el cambios climático y las fluctuaciones en los precios de los insumos agrícolas pueden afectar la rentabilidad de los productores.
En cuanto al consumo, de 11,22 kilos por persona y año en España según el Informe del Consumo Alimentario en España 2023 del Ministerio de Agricultura (MAPA), se mantiene estable pero, «podría llegar a incrementarse», según opina el presidente de la Sectorial de Tomate de Proexport, Juan Hernández.
La producción nacional alcanzó, según los últimos datos del Anuario Estadístico del MAPA, 3.651.944 de toneladas en 2022, de los que 217 millones de kilos de tomate se consumieron en nuestro país en el último año, quedando el resto de la producción para exportación, que compite con las importaciones de la UE procedentes de terceros países.
Según Juan Hernández, “los precios de entrada y referencia del tomate llevan sin actualizarse muchos años y son muy negativos para este sector, siendo el cálculo de los mismos perjudicial para la producción de tomate de los países comunitarios, incluida España. Además, los mecanismos de salvaguardia previstos en los acuerdos con terceros países nunca se han aplicado en últimos 25 años, cuando han existido muchas ocasiones de muy bajos precios dónde se debieron establecer las medidas de salvaguardia para proteger a los productores comunitarios de tomate”.
Junto a esta competencia del norte africano, una de las principales amenazas para el sector es el virus del rugoso del tomate (ToBRFV), que afecta con gran virulencia a las producciones. En 2019 apareció este virus en invernaderos de Almería y se extendió posteriormente a otras zonas. En la Región se detectó en Mazarrón en 2021, afectando a 850 hectáreas y se ha extendido también en invernaderos de Andalucía, Comunidad Valenciana, Cataluña y País Vasco. Para combatirlo, los productores trabajan de la mano con las casas de semillas en el desarrollo de variedades resistentes a esta enfermedad.
Más allá de esta circunstancia que afecta a la producción, la investigación varietal en la Región de Murcia, hace años que dirige a los productores hacia el segmento de mayor valor, donde buscan tomates de gran calidad y sabor, «diferenciando así nuestra oferta de otros orígenes, donde la capacidad para el desarrollo de estos productos es menor», asegura Hernández.
Junto con el desarrollo de nuevas variedades resistentes al virus del rugoso, el gran reto que afrontan los productores murcianos de tomate sigue siendo llegar al consumidor.
Llegar a los supermercados con un producto sostenible, con calidad y buen sabor es hoy el gran objetivo, puesto que “creemos que el consumo y la demanda podría incrementarse notablemente, no solo en España, sino también en el conjunto de Europa y que el tomate tiene aún mucho recorrido por delante”, concluye Hernández.
Repercusión Económica
En 2023, las exportaciones de tomate español alcanzaron cifras récord, exportando un total de 558.514 toneladas, un 22% más que el año anterior, según datos del MAPA. De ese total, la Región de Murcia exportó 56.613 toneladas, lo que supuso algo más del 10% de las exportaciones nacionales.
En valor, las exportaciones nacionales de tomate en 2023 ascendieron a 1.172 millones de euros en 2023, de los que 111 millones correspondieron a la Región de Murcia.
Los principales destinos de exportación incluyen países de la Unión Europea como Alemania (172.572 Tn), Francia (69.366 Tn) y Paises Bajos (65.272 Tn). El 10% que representan las exportaciones murcianas, se dirige también a mercados de valor como Dinamarca y Suiza, donde la penetración murciana supera el 15%, al igual que en Francia.
Según el responsable de Tomate de Proexport, la oferta murciana de las empresas asociadas esta ha quedado concentrada en productoras que operan con líneas de mucho valor con estructuras muy evolucionadas, que le permiten sostenerse con mayor alcance en destinos de naturaleza premium.
Juan Hernández destaca que “el impacto económico del tomate también se refleja en la inversión en tecnología y sostenibilidad. Los productores hemos adoptado técnicas avanzadas de cultivo, como el riego por goteo y el uso de invernaderos de alta tecnología, para mejorar la eficiencia y reducir el impacto ambiental. Estas inversiones no solo aumentan la productividad, sino que también contribuyen a la sostenibilidad a largo plazo del sector agrícola”.