Un estudio de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) ha analizado si los españoles “estarían dispuestos a pagar más por el café si fuera sostenible”, revelando que estarían dispuestos a abonar “hasta un euro más” por este producto, siempre que «si les asegurasen que se ha producido de forma ética y sostenible».
El análisis ha sido desarrollado por investigadores de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Agronómica, Alimentaria y de Biosistemas de la UPM, que han tomado como base que, según la Federación Española del Café, el consumo anual de este producto en España ha alcanzado los 14 millones de sacos de 60 kilos, y se consumen más de 14.000 millones de tazas de café al año.
También ponen el foco en que “un café más sostenible implica, en muchos casos, un precio de venta al público más elevado”, según recoge la UPM en una nota.
Para comprobar si los consumidores estarían dispuestos a pagar más por su café para asegurarse la sostenibilidad del mismo, los investigadores madrileños tomaron como muestra dos certificados de sostenibilidad diferentes (Fairtrade y UTZ) y preguntaron a una muestra de consumidores españoles si pagarían más por un café con este etiquetado.
Los autores del trabajo apuntan que en ambos casos la respuesta fue positiva, de forma que en el caso de la certificación Fairtrade los consumidores estarían dispuestos a pagar un incremento de 1,481 euros por 250 gramos de café; mientras que para la certificación UTZ se asumiría un aumento del coste de 1,379 euros por cada 250 gramos de café.
El análisis, que ha sido publicado en la revista internacional Sustainability, también destaca las preferencias de los consumidores por las etiquetas de sostenibilidad como Fairtrade y UTZ, lo que indica una creciente conciencia y demanda de café producido de manera ética.
Los investigadores apuntan que el hecho de que los consumidores estén dispuestos a asumir el coste «es una buena noticia» para los productores y las empresas, ya que podrán adoptar prácticas «más sostenibles» que aseguren o promueven una responsabilidad ambiental y social, «sin tener que preocuparse tanto por el incremento de costes de producción».
Además, concluyen, las empresas pueden aprovechar las etiquetas de sostenibilidad para mejorar sus esfuerzos de responsabilidad social corporativa.