La consejería de Medio Ambiente de la comunidad ha propuesto al Ministerio para la Transición Ecológica la definición de tres corredores energéticos. El consejero, Juan María Vázquez ha explicado que la propuesta forma parte de un estudio que busca garantizar la potencia eléctrica de alta capacidad (400kV) necesaria para el desarrollo de proyectos industriales en el territorio.
Además, de llevarse a cabo, estos corredores permitirían desarrollar los 18 proyectos estratégicos para la Región y podrían atraer inversiones por valor de 4.600 millones.
Estos corredores son un aporte extra incluidos en la propuesta enviada al Ministerio y a Red Eléctrica para la elaboración y ejecución del nuevo Plan de Desarrollo De la Red de Transporte de Energía Eléctrica. La propuesta nace de la necesidad de una mayor inversión en planificación eléctrica para la Región, según comunica Vázquez, ya que el presupuesto para el territorio del plan vigente (2021-2026) supone menos del 1% del total del país (69,1 millones de los 7.453 presupuestados para toda la nación). «No podemos permitirnos otra nefasta planificación eléctrica para la Región de Murcia que limite el crecimiento, la competitividad y seguir dando pasos hacia la descarbonización», ha subrayado el consejero.
Tres alternativas viables
El análisis sugiere tres alternativas de trazado para cada uno de los corredores energéticos propuestos, diseñados para operar a una potencia de 400 kV. El primer trazado iniciaría en la subestación de Totana y se conectaría con la del Valle de Escombreras.
La segunda opción establecería una conexión entre la subestación de Baza, en Granada, y una nueva subestación situada en las cercanías de Caravaca de la Cruz, extendiéndose hasta la subestación de Campos del Río. El tercer corredor energético enlazaría la nueva subestación de Caravaca de la Cruz con la de Pinilla, en Albacete.
Para identificar el trazado más adecuado, se han evaluado diversos factores medioambientales y consideraciones estratégicas del territorio. Estos abarcan los núcleos de población, las áreas protegidas, los hábitats de interés comunitario, los corredores ecológicos, las zonas críticas para la conservación, así como las infraestructuras hidráulicas y viales y los elementos culturales significativos.