La Seguridad Social registró un superávit de 6.059 millones de euros en los ocho primeros meses de 2025, más del doble que en el mismo periodo del año anterior. Este resultado equivale al 0,4% del PIB, según los datos difundidos por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones este martes.
Entre enero y agosto, el sistema ingresó 159.169 millones de euros, lo que supone un incremento del 9,3% respecto a 2024, frente a unos gastos de 153.110 millones, que crecen un 6,4%.
La principal fuente de financiación siguen siendo las cotizaciones sociales, que alcanzaron los 117.248 millones de euros, un 6,8% más que en el mismo periodo del año anterior. De esta cifra, 110.685 millones provienen de cotizaciones de ocupados (+6,8%) y 6.562 millones de cuotas de desempleados (+6,9%).
En paralelo, el Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI), en vigor desde enero de 2023, recaudó 3.237 millones de euros hasta agosto, con un aumento interanual del 32,5%. Estos fondos se han inyectado en el Fondo de Reserva de la Seguridad Social.
En términos de caja, la recaudación líquida del sistema fue de 157.401 millones de euros (+9,3%), mientras que los pagos liquidados alcanzaron los 152.909 millones (+6,4%).
El informe también recoge que las transferencias recibidas por la Seguridad Social se situaron en 40.011 millones de euros, con un aumento interanual del 16,2%. Las transferencias del Estado y organismos autónomos sumaron 36.583 millones, un 18,1% más. Este crecimiento se debe principalmente a la transferencia de 4.854 millones de euros adicionales destinados a cubrir la separación de fuentes de financiación, en línea con la recomendación primera del Pacto de Toledo.
Por el lado del gasto, las prestaciones económicas a familias e instituciones absorbieron 144.379 millones de euros, lo que representa un 94,3% del gasto total y un incremento del 6,7% respecto al año anterior.
El gasto más elevado corresponde a las pensiones y prestaciones contributivas, con 132.050 millones de euros, un 6,3% más que en 2024. Dentro de este bloque, las pensiones contributivas (incapacidad, jubilación, viudedad, orfandad, etc.) supusieron 116.759 millones, con una subida del 5,7%. Este incremento se atribuye al aumento del número de pensionistas (+1,6%), la pensión media (+4,5%) y la revalorización del 2,8% de las pensiones contributivas.
Las prestaciones por nacimiento y cuidado de menor, así como por riesgos en el embarazo o lactancia, ascendieron a 3.041 millones, un 6,4% más interanual.
El gasto en subsidios por incapacidad temporal (IT) creció un 12,7%, hasta 11.742 millones de euros.
Las pensiones no contributivas, incluidos los complementos por mínimos, supusieron un gasto de 12.329 millones de euros, con un aumento del 11,1% frente al mismo periodo del año anterior. En concreto, 7.905 millones se destinaron a pensiones no contributivas (+10,6%) y 4.424 millones a subsidios y otras prestaciones (+12,1%). Dentro de este grupo, el Ingreso Mínimo Vital y las prestaciones familiares alcanzaron los 4.154 millones de euros, lo que representa un 13,2% más que en 2024.
Por último, los Fondos de la Seguridad Social (que incluyen el sistema de Seguridad Social, el SEPE y Fogasa) presentaron hasta julio un superávit conjunto de 8.439 millones de euros.