El consumo de bebidas espirituosas en 2024 será de unos 187 millones de litros, similar a 2023 según ha vaticinado este jueves la patronal del sector, que espera un empuje a final de año por la campaña navideña y el turismo.
El director ejecutivo de Espirituosos de España, Bosco Torremocha, ha señalado que este año el consumo acabará «plano», con la previsión de que los últimos cuatro meses permitan recuperar un primer cuatrimestre «muy malo» -donde la caída interanual fue del 10%- y un segundo «no demasiado bueno».
En 2023 el consumo descendió el 5,9% anual en volumen, ha explicado Torremocha, que ha agregado que en noviembre pasado, el último mes con datos disponibles, la recaudación fue casi igual a la del mismo mes del año anterior.
La campaña navideña se presenta con «perspectivas buenas» en el país, a excepción de la Comunidad Valenciana por el impacto de la pasada dana de octubre. El responsable de la patronal ha destacado que 2024 ha marcado un «récord de turismo», con mejores cifras de consumo y frecuencia, y que la hostelería seguirá siendo su principal canal.
La Costa del Sol y las islas Baleares y Canarias han impulsado el sector, mientras que el interior de España «sigue sufriendo», el norte se muestra «bastante estable», Cataluña tiene «picos» y Madrid y Andalucía se comportan «bien».
El responsable de Espirituosos ha llamado a una «reflexión» en la hostelería sobre la «evolución exponencial» que ha tenido el precio de la copa y ha advertido de que la inflación no se está conteniendo lo suficiente por el aumento de ciertos costes y la renta disponible.
Más exportaciones en 2024
En cuanto a las exportaciones de espirituosos, que representan un 40% de la producción en España, tras la ligera contracción que hubo en 2023, la asociación ha estimado que las cifras estarán casi un 5% anual por encima en 2024.
Torremocha ha explicado que el mercado en Estados Unidos está pasando «un mal año» por la situación política, los países asiáticos siguen mostrando oportunidades de negocio, Alemania se ha comportado mejor, el Reino Unido ha tendido a estabilizarse e Hispanoamérica es un vector de crecimiento.
Ha expresado su preocupación por las barreras comerciales, por lo que ha pedido a la nueva Comisión Europea que esté «muy atenta» a estas cuestiones, y le ha reclamado que refuerce una política común armonizada en la que «se acompasen los tiempos».
El sector está pendiente de la renovación del reglamento de etiquetado, «piedra angular» de la normativa europea que no salió adelante en el anterior mandato de la Comisión, así como de otras normas como la de envases.
Tendencias en bebidas alcohólicas
Torremocha ha apuntado que todas las categorías de bebidas espirituosas han sufrido este año, con un «mix» liderado por el güisqui, seguido de licores y ginebras, estas últimas con «cierto agotamiento». El güiski es el que mayor volumen representa en el conjunto de espirituosos con un 24%, seguido de licores con el 22%.
Las gamas especiales ligadas a un momento o un origen concretos «están en boga» y, respecto al cambio de hábitos, el sector ha observado que se sigue acortando la noche y ampliando el día, dando importancia al aperitivo del fin de semana y al «tardeo», y con una tendencia creciente al «brunch» en algunas ciudades.
Así como al ron «no le va mal», el vodka y el brandy se mantienen «en sus niveles», y las indicaciones geográficas gozan de «buena salud», según el directivo.
Sobre la Generación Z, si bien no se puede generalizar, Torremocha ha apuntado que los jóvenes con capacidad de compra quieren experiencias de más calidad con menor frecuencia, lo que puede servir para promover la cultura del cóctel.
Asimismo, ha afirmado que la calidad de las propuestas sin alcohol en el sector «va mejorando» en un contexto en el que el consumo de bebidas alcohólicas decrece.