El Ayuntamiento de Lorca tiene sobre la mesa en fase inicial de tramitación una decena de proyectos para la construcción de plantas de biogás, la mayoría en las pedanías del norte, zona por la que discurre el gasoducto que permitirá canalizar y transportar su producción.
Ante estos proyectos, que provocan «temores» en la población de las pedanías del norte, el alcalde Fulgencio Gil ha dicho que cada uno de ellos será revisado “con lupa” y que no se autorizará ninguno que pueda suponer un perjuicio a los vecinos.
«Plantas que resulten viables, necesarias y estén exentas de conflictividad social» son las premisas con las que trabaja el Consistorio lorquino para dar la aprobación a estos proyectos de plantas de biogás.
Gil ha explicado que en caso todos los casos las empresas promotoras han elegido las pedanías del norte para su implantación “por sus condiciones y porque las atraviesa la red gasista”, y ha anunciado que el gobierno municipal va a revisados “uno a uno” y “con carácter absolutamente garantista”.
Ha recordado que todos ellos necesitan la declaración de interés publico por parte del Ayuntamiento de Lorca “y solamente se va a conceder a los que resulten viables, necesarios y que estén exentos de cualquier tipo de conflictividad social”.
En este sentido, Gil ha relatado que a los vecinos les preocupan de forma particular los proyectos diseñados en el entorno de las pedanías de Doña Inés y de Zarcilla de Ramos que “a día de hoy y tras ser revisados no cumplen esos criterios y no se pueden autorizar”.
El regidor ha dicho este viernes que en el de Doña Inés, la planta de biogás proyectada se encuentra a 1,2 kilómetros de núcleo urbano e invade el espacio natural del monte Tornajo, que está en trámite para su protección integral por parte del ayuntamiento desde hace meses.
Hay otro proyecto, aún no presentado oficialmente en el Ayuntamiento, que preocupa a los vecinos que es el de la construcción de una planta para la producción de hidrógeno verde que es “absolutamente inviable por el impacto que tiene” sobre el medio ambiente al tener la previsión de ocupar más de 1.300 hectáreas con placas fotovoltaicas.
Gil ha remarcado que el objetivo de estas plantas es “tratar los residuos que produce la actividad ganadera y otro tipo de actividades en nuestro municipio”, pero no puede contemplar la entrada de residuos de otras zonas de España para ser tratados y producir biogás.
En este sentido, aunque el Ayuntamiento de Lorca es consciente de la «necesidad de establecer soluciones sostenibles para el tratamiento adecuado de residuos ganaderos, como es el caso de los purines» que se valorizan en este tipo de instalaciones, ha querido aclarar que «la hipotética puesta en marcha de alguno de los proyectos planteados se restringirá única y exclusivamente a responder a las necesidades de tratamiento de residuos de este municipio».