Las ganancias netas de los siete principales fabricantes automovilísticos japoneses cayeron un 27% en su primer semestre fiscal, que se prolongó de abril a septiembre, debido en buena medida al impacto de los aranceles estadounidenses al motor.
Según los informes financieros semestrales de Toyota, Honda, Nissan, Mazda, Mitsubishi Motos, Subaru y Suzuki, publicados desde la semana pasada hasta este lunes, el beneficio neto acumulado de las firmas en la primera mitad de su ejercicio en curso ascendió a 2,092 billones de yenes (11.730 millones de euros/13.580 millones de dólares).
La cifra representa un recorte combinado de beneficios del 27,2% con respecto al año anterior, antes de la subida impositiva sobre las importaciones automovilísticas impulsada por el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, tras su regreso a la Casa Blanca.
Los aranceles fueron el motivo principal de que Nissan, Mazda y Mitsubishi incurrieran en pérdidas en su primer semestre, y la escasez de semiconductores así como la desaceleración del mercado de los vehículos eléctrico tras la abolición de incentivos fiscales para su compra y el endurecimiento de políticas de emisiones, dibujan un horizonte incierto sobre las perspectivas comerciales.
Los aranceles que pesan actualmente sobre los vehículos japoneses que son exportados a Estados Unidos se sitúan en el 15%, en virtud del acuerdo comercial alcanzado en julio entre Tokio y Washington.
En concreto, pese a que este número representa una reducción notable desde el 27,5% al que estarían sujetos de forma ordinaria tras la subida general de los gravámenes estadounidense en este sector, sigue siendo seis veces superior al 2,5% que se aplicaba antes de abril.
Los vehículos son el bien principal que Japón exporta a EE.UU., y representaron en torno al 30% del total de sus envíos al país norteamericano en 2024.
