El Estudio sobre Comportamiento de Pago de las Empresas en Europa de Informa D&B revela que Francia y España fueron los países donde más aumentaron los retrasos en los pagos empresariales durante el cuarto trimestre de 2024. Francia registró un aumento de 1,67 días, alcanzando una media de 16,59 días de demora, la cifra más alta desde 2011. Por su parte, España experimentó un incremento de 0,90 días, alcanzando los 15,57 días, lo que marca el dato más elevado desde el segundo trimestre de 2021.
Ambos países superaron la media europea, que alcanzó los 12,17 días de retraso, un incremento de 0,22 días respecto al trimestre anterior. Esta cifra es la más alta del año y refleja un crecimiento continuo en los plazos de pago en Europa. A pesar de las fluctuaciones durante 2023, las demoras han vuelto a aumentar en los dos últimos trimestres de 2024, cerrando el año por encima de los valores registrados en 2023.
En cuanto a otros países europeos, Alemania también vio un aumento en los retrasos, con 0,48 días más en comparación con el año pasado, alcanzando los 5,64 días de demora en promedio.
El retraso medio en Portugal, que lideró el ranking con 23,10 días de demora, es el más alto de Europa, aunque ha mostrado una ligera disminución con respecto al trimestre anterior. En Italia, los retrasos se situaron en 15,82 días, con una reducción de 0,60 días en relación con el cuarto trimestre de 2023. En Bélgica, los pagos tardaron en promedio 12,35 días, lo que representa una pequeña mejora de 0,32 días.
Países Bajos se destacó como el país con la menor demora media en los pagos, con solo 3,14 días, un descenso de 1 día con respecto al año anterior. Otros países que también experimentaron una disminución significativa en los plazos de pago fueron Reino Unido e Irlanda. Reino Unido alcanzó su cifra más baja desde que se realiza el estudio, con 10,75 días, reduciendo su retraso en 2,27 días en comparación con el mismo periodo de 2023.
La diferencia entre el país con menor retraso en los pagos y el que más demora presenta fue de 19,96 días en el cuarto trimestre, una ligera mejora respecto a los 20,63 días del trimestre anterior. Este aumento de los retrasos en los pagos refleja un desafío para las empresas, afectando su liquidez y su capacidad para operar con normalidad.